Un regalo para la Iglesia y para la Familia SalesianaEn este Año de la Fe, después de la beatificación de Sor María Troncatti, celebrada el año pasado en Macas (Ecuador), la Familia Salesiana recibe el regalo de otra beatificación que, como afirmó don Pascual Chavez, Rector Mayor de los Salesianos, “confirma la fecundidad del carisma que tiene su origen en el corazón apostólico de Don Bosco, manifestando la dimensión misionera y martirial, que deben caracterizar nuestra misión educativa y pastoral en el espíritu y en la acción”. Entre la numerosa lista de los mártires de Hungría que dieron su vida durante el régimen totalitario, instaurado bajo las directivas más duras del marxismo bolchevique, inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, se encuentra el beato Esteban Sándor, salesiano coadjutor, víctima de la fuerte persecución antirreligiosa del régimen húngaro, particularmente cruel entre los años 1946 a 1963. El pasado 27 de marzo de 2013, el Santo Padre Francisco recibió en audiencia al cardenal salesiano Ángel Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. Durante el transcurso de la audiencia el Santo Padre autorizó a la Congregación la promulgación del decreto sobre el martirio del siervo de Dios, nacido en Szolnok (Hungría) el 26 de octubre de 1914, laico profeso de la Sociedad de San Francisco de Sales y asesinado por odio a la fe en Budapest (Hungría) el 8 de junio de 1953. La beatificación tuvo lugar el pasado 19 de octubre en la sugestiva plaza frente a la basílica de San Esteban en Budapest. La liturgia estuvo presidida por el cardenal Péter Erdo, arzobispo de Esztergom-Budapest y primado de Hungría. Después de una breve presentación de la vida del mártir, hecha por el Procurador General, Pierluigi Cameroni, el cardenal Ángel Amato, representante del Papa, leyó la carta apostólica en la que Esteban Sándor era declarado Beato. En ella, el nuevo beato es proclamado educador ejemplar y catequista de los jóvenes a través de la pedagogía de la bondad. En su homilía, el cardenal Erdo señaló que el martirio de Sándor fue el resultado de un proceso político encaminado a atacar a la Iglesia, especialmente en sus instituciones educativas. Por su parte, el Rector Mayor, don Pascual Chávez expresó su agradecimiento en nombre de toda la Congregación Salesiana. Finalmente, el cardenal Amato pronunció un discurso en el que destacó que el nuevo beato da a los hijos de san Juan Bosco un triple mensaje: la fiel observancia de la vida consagrada en la alegría, en el trabajo, en la comunidad; el ansia educadora, que no solo lo hizo un tipógrafo de alto nivel profesional, sino también un maestro querido por los estudiantes; el martirio, como supremo testimonio de fe, esperanza y caridad. “Si la persecución religiosa –dijo- crea un abismo entre los seres humanos, los mártires con su sacrificio construyen los puentes de la fraternidad, del perdón y de la aceptación”. La celebración estuvo marcada por una gran participación: más de 8.000 personas presentes en la plaza, de las que 600 provenían de Szolnok, ciudad natal del nuevo beato, y 3.000 jóvenes de las obras salesianas. Estuvieron presentes el Jefe del Estado, Excmo. Ader Janos, el Presidente del Parlamento, varios ministros y representantes de la ciudad. Y, entre las autoridades religiosas, participaron alrededor de 40 obispos en la concelebración eucarística y más de 300 salesianos. Por la tarde tuvo lugar una gran fiesta preparada por el Movimiento Juvenil Salesiano de Hungría. Al día siguiente, domingo 20 de octubre, se realizó en Szolnok, lugar de nacimiento de Esteban Sándor, el último acto de las celebraciones oficiales previstas. En la ciudad húngara, mons. Miklós Beer, obispo de Vác, presidió la Eucaristía. Don Pascual Chávez, en la homilía, destacó especialmente que no solo el martirio, supremo acto de fe, sino toda la existencia de Esteban Sándor estuvo guiada por una profunda fe en Cristo. Su testimonio, en este Año de la Fe, es un modelo para todos los salesianos. Recordó, además, el aspecto más propiamente salesiano de su santidad: la pasión por la educación, su celo por los jóvenes, para que sintieran que eran amados y fueran felices en el tiempo y en la eternidad. El nuevo mártir salesiano Esteban Sándor protegió a sus jóvenes hasta dar la vida por ellos; dio testimonio del Evangelio según el espíritu de Don Bosco ofreciéndose por la juventud de Hungría y por la Iglesia. Brilla como testigo e intercesor que en la estela de Don Bosco ha ofrecido a los jóvenes el Evangelio de la alegría a través de la pedagogía de la bondad y el don de la propia vida. La solemne celebración estuvo precedida por un acontecimiento significativo para los Salesianos de Hungría. El viernes, día 18 tuvo lugar en la casa salesiana de Péliföldszentkereszt, un Congreso de Coadjutores Salesianos de Europa, en el que participó una significativa representación de salesianos coadjutores de España. En él se presentó el perfil de Esteban Sándor como modelo de salesiano laico que vivió su vocación en medio de los jóvenes, en el mundo del trabajo, animando grupos juveniles y oratorios. Por la noche, se realizó una vigilia de oración organizada por la Familia Salesiana, recordando también el centenario de la llegada de los Salesianos a Hungría, que se ha estado celebrando a lo largo de este año 2013.
Luis Antonio Medina